Por qué tus hijos pequeños no han de tener redes sociales
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El uso de redes sociales es algo habitual, pero desgraciadamente es muy común por parte de menores de edad. No es extraño comprobar cómo niños que no tienen la edad mínima que solicita la redes sociales, 13 años en el caso de TikTok, al igual que en Twitter, y 14 años en el caso de Facebook, cuenta con perfiles en estas redes. Instagram, una de las preferidas por los adolescentes, requiere una edad de 13 años. Siempre se aboga a una labor de vigilancia y de acompañamiento por parte de los padres, por tanto, no conviene pasar por alto la presencia de menores en redes sociales.
Redes sociales y menores, no
Desde esta tribuna no pretendo lanzar un alegato en contra del uso de la redes sociales. Yo mismo cuento con perfil en gran parte de ellas, pero como adulto, sé diferenciar lo bueno que me aporta y su parte negativa. Padres que hacen la vista gorda con perfiles en redes sociales de sus hijos están cometiendo un grave acto de responsabilidad.
En primer lugar, por que el cerebro está en fase madurativa y lo que menos necesita es una serie de estímulos provenientes de redes sociales que rápidamente se antojan como muy golosos. Lo que un niño percibe en estas redes se vuelve muy apetecible y objeto de imitación. Tenemos muy recientes los casos de niños que han fallecido al visualizar retos virales en TikTok. Muertes de menores con 10 años, muy por debajo de la edad mínima recomendada de uso de la aplicación.
Y es evidente que uno de los problemas asociados al uso de la redes sociales, y hablo también de los adultos, es la gran cantidad de tiempo perdido que puede provocar su mal uso. Entras en la aplicación a echar un vistazo rápido y se te termina yendo media hora. El control del tiempo para un menor de edad quiere una importancia muy relevante, ya que debe aprender a gestionarlo para estudiar, para su tiempo de ocio y otras actividades en casa. Si los adultos, en gran cantidad de ocasiones, somos incapaces de controlar nuestro tiempo, para un menor de edad puede llegar a ser bastante más complejo.
Lo irreal se quiere convertir en real
Es quizás es el problema más importante de las redes sociales, proyectan una imagen de irrealidad de un menor de edad no consigue distinguir de su propia experiencia. Por tanto, aparecen niños que no quieren estudiar, que quieren ser youtubers y que consideran que es el mundo que les entra por la redes sociales es un objeto de deseo.
La labor de acompañamiento de los padres en este sentido es fundamental. Si una vez que tengan la edad mínima para estar en redes sociales y, si deciden estar en ellas, los padres deben estar al tanto de todo lo que hacen. Una madre o un padre tiene potestad de indagar en ciertos ámbitos privados en el caso de que entienda que puede haber algún tipo de problemas. Para evitarlo, esa labor de acompañamiento y de generar un clima de confianza que vaya hacia una autonomía cada vez mayor, es un buen punto de partida.
Es obvio, están bajo su tutela y no se les puede dejar con plena libertad. Por eso es muy importante que los dispositivos electrónicos de consulta estén siempre en zonas comunes. No permitas nunca que tu hijo se encierra en la habitación con el baño con el teléfono móvil. No se trata de decir no a la redes sociales, sino ser tajante con la edad mínima y no pensar con ingenuidad que son cosas de chiquillos. Las redes sociales no están pensadas para niños de 10 años.
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